Hace año y medio nadie sabía quién era Robert Pattinson y las expectativas en torno a él como actor eran pobres, después de hacerse medianamente conocido gracias a su papel de Cedric Diggory en una saga inmensamente famosa: Harry Potter y el cáliz de fuego.
Lo peor para él en ese momento, 2005, fue que ni su entrañable papel como Diggory hizo que los productores lo vieran como una estrella en ciernes, pues apenas un año antes sus intervenciones en Vanity fair (una película para tv) fueron eliminadas. Ni siquiera lo ayudó ser promocionado como el nuevo Jude Law. Además, antes de filmar Harry Potter fue despedido de la obra The woman before. Pattinson, de 23 años, ha dicho que pensó que su carrera como actor había acabado, así que se volcó a su otra pasión: la música. Comenzó a componer y a tocar en pubs de Londres y en 2007 apareció en una campaña publicitaria, hasta que por casualidad se enteró del casting para llevar al cine la primera parte de una saga de vampiros que había roto récords de ventas en EU: Crepúsculo.
Su tabla de salvación
A finales de 2007 se anunció que Robert Pattinson sería Edward Cullen, el protagonista de Crepúsculo, un vampiro que no consume sangre humana y de personalidad un tanto simple pero, eso sí, con una belleza física sobrenatural.
A pesar del éxito de los libros, Summit Entertainment, la compañía productora, no se arriesgaba a apostar por la segunda parte de la saga porque sus protagonistas eran unos perfectos desconocidos, pero sin ser un éxito rotundo, la recaudación de Crepúsculo (que se estrenó en noviembre de 2008 y ganó 383 mil millones de dólares) animó a la productora a anunciar la continuación de la historia con Luna Nueva.
La recaudación total del filme fue suficiente para continuar una saga que de pronto comenzó a despuntar gracias a una buena estrategia de mercadotecnia que lanzó adelantos de Luna Nueva a través de Youtube desde que empezó a filmarse, que comenzó a ligar sentimentalmente a Pattinson con su coprotagonista, Kristen Stewart y que le creó un halo “misterioso” al actor, quien comenzó a hacerlo irresistible para las fans.
La creación de una estrella
En 2008, el mismo año en que filmó Crepúsculo, Pattinson hizo The summer house, How to be y Little ashes, en la que interpreta a Salvador Dalí. Ninguna de estas películas tuvo éxito, pero comenzaron a darle más cartel al actor.
Llegó 2009 y con él despegue de la figura de Robert, pero sobre todo ligada a su personaje de Edward Cullen, pues a la par de la filmación de Luna Nueva comenzó a mostrarse como un artista reservado con su vida personal, a pesar del secreto a voces que es desde entonces su supuesta relación con Kristen Stewart. Tras el estreno de la película, el actor asegura que no está interesado en el amor: “La única conexión sentimental de relevancia en mi vida la tengo con mi perro. Mi relación con mi perro es ridícula”, dijo a la revista Details.
Y en la edición de abril de GQ dice: “No hay ni una sola historia verdadera escrita sobre mí. Hay esta cosa sobre mi supuesta novia. Hay una chica que es mencionada constantemente, pero no quiero tener una novia en este ambiente. ”
El otro factor que ha llevado al éxito a Robert “Papinson”, como le dicen sus fans, es que se ha creado una imagen de un actor un tanto intelectual, desaliñado poco higiénico, desinteresado por la fama y que desea hacer música.
Alérgico al sexo femenino
Entre sus declaraciones memorables está la que lanzó apenas en febrero en referencia a las fotos que hizo para Details, donde aparece con la cabeza en la entrepierna de una modelo: “Soy alérgico a las vaginas”. El actor se quejó de que en la sesión de fotos lo pusieron cerca de algo que odia, pero lo tomó como parte de su trabajo: “No puedo decir que no tenía idea de lo que sucedería porque se trataba de una sesión de más de 12 horas, así que tenía que imaginarme que esas mujeres iban a permanecer desnudas durante cinco o seis horas”.
Después dijo que sus declaraciones fueron una broma, pero esto contribuyó a aumentar su halo de actor poco convencional, tan es así que apenas hace unos días dijo que quiere ser como Johnny Deep porque es un gran actor que ha sabido separar su carrera de su vida personal: “Hay que mantener tu nombre y hacer que tenga un significado más allá de una celebridad vacía, él lo ha conseguido a la perfección”.
Y hoy, en pos de seguir los pasos de su ídolo, Robert estrena en México Remeber me, una película en la que, sin alejarse mucho del look de Edward Cullen, hace a Tyler, un joven rebelde, afectado por el suicidio de su hermano y con una pésima relación con su padre (Pierce Brosnan) hasta que conoce a Amy (Emily Raven, protagonista de Lost) y descubre que puede ser feliz con ella y estar en armonía con el mundo y su familia.
“No estoy preocupado por obtener muchos trabajos de actuación. Si todo se acaba ahora mismo, sería como, ‘Ok, no me importa”, dice este galán de cine que se ha convertido en un ídolo de miles mujeres en el mundo. Y no sólo adolescentes que lo adoran y siguen por doquier, situación que no lo hace feliz pues, precisamente en el rodaje de Remember me tuvo un accidente al huir de varias admiradoras que lo acosaban por Nueva York. En su afán de alejarse de ellas, no se fijó al atravesar una calle y un taxi lo aventó, a pesar de traer cinco guaruras con él.
El incidente no fue grave pero contribuyó a que Patty, como lo llaman sus seguidoras más acérrimas, le tenga más aversión a la fama. Apenas el 24 de marzo dijo respecto a los gritos que provoca entre sus fans: "Estoy casi sordo y eso me preocupa muchísimo".
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